jueves, 4 de febrero de 2010

Seis.

Como si me contara un cuentito y me lo explicara a la vez.
De aquél tiempo hasta hoy.

Lejos, muy lejos es donde quiero estar. Agónica presencia de quien no sabe ser. Lo que sufro hoy, lo sufri ayer. Pero mañana, mañana no sera lo mismo...
Enredada en los asuntos del tiempo, viaje al pasado un dia y me quede una vida. De regreso al ahora, al esperado momento, soy la asesina de mis tontos sueños. Destruir lo que amo es cien veces mas amor, que proteger lo que uno sabe nacio muerto.
Busco quien me odie, por que al conseguir que me quiera solamente un poco, siento que valgo algo. Miserias de un alma que ya no es alma. Mutación del dolor. Metamorfosis de mi sombra.
Soy lo que ves, eterna desilusión. Dormida hasta que todo sea nada. Hasta que nada sea lo que salve...

Como, cuando el cuento termina y una quiere seguir escuchandolo. Que el final no sea el final. Esperando a que la última página sea eterna.
A veces hay que despertar y otras veces una no debio haberse dormido nunca.

-¿Qué debí haber hecho yo? ¿Que tengo que hacer?-Mirando a mi alrededor por primera vez, extraña sensación y un sabor a penas en la boca- ¿Estás?

El silencio brota de la noche. O la noche brota del silencio. Cualquiera sea el caso. Hay aquí, silencio y noche.
Creo que tengo hambre. Es una sensación vaga, como recordar algo que no tiene mucha importancia y aún asi una lo recuerda. Es un hambre ajeno. De otro estomago y en otro estomago en este momento hay dolor, espasmos. Un estomago hambriento reclama ser alimentado. Yo solo creo tener hambre.
Hoy estoy completamente sola...

domingo, 31 de enero de 2010

Cinco.

Al despertar, el vacío. Frente a la nada, el ser. Sospechas de un tiempo mejor.

-¿A que le tenes miedo?
-A la muerte.
-¿Porqué?
-No sé. Me da terror pensar que la muerte sea una continuación de esta vida.
Una vida eterna. La muerte sería efímera. Solo unos segundos muriendo y luego volver a la vida eternamente. Esta vida, pero del otro lado.
-Absurda.
-Puede ser, pero tengo miedo de que realmente sea así. Le tengo miedo a la muerte.
-Un día te vas a despertar sin miedos.
-Deseo tanto que llegue ese momento.
-Un día la muerte no va a significar nada para vos.
-¿Y después?
-¿Que te ata a este mundo?
-Nada... Quizás la esperanza tonta de encontrar a algúién.
-No vas a encontrar a nadie.
-¿Porqué?
-Porqué nadie quiere ser encontrado por vos.
-Puede ser...Pero quiero darme una oportunidad. ¿Puedo esperar un poco más?
Solo un poco más..
-El día de perder los miedos se acerca.

La tarde allá afuera igual a otras tardes. Con su gente que va y viene. Que viven y sueñan, duermen, lloran, nacen, crecen, esperan y se quedan dormidos.
Adentro. La tarde aquí adentro dura lo que durán las cortinas en censurarla. La tarde no es bienvenida. Es un estado intolerable entre la mañana llena de esperanzas y la noche repleta de derrotas. La tarde nos recuerda a él.
-¿El se acordara de nosotras?
-No creo.
-Somos fáciles de olvidar. Como el mal sabor en la boca que se quita con un caramelo.
-Somos un mal sabor.
-Somos fáciles de olvidar.
-Lo sabemos.
-Sí.